Editorial: PlaidHat Games/Edge Entertainment
Creadores: Jerry Hawthorne.
Jugadores: 2 a 4
Ambientación:
Debo reconocer que las historias con tintes infantiles pero que tienen diversas lecturas siempre me han encantado, y quizá por eso, el entorno de Fábulas de Peluche me ha gustado mucho desde que lo vi. En este juego nos vamos a meter dentro del fieltro y el algodón de un pequeño grupo de peluches: de arranque, la osa Teodora, el elefante Lumpy, el clásico Señor Parches, y el conejo Orejotas. Estos peluches son los juguetes y protectores de una niña pequeña, la Niña, que va a vivir un gran momento en su infancia: su primera noche en su cama de mayor. Y la misión que vamos a tener que cumplir va a ser precisamente que esa noche sea un éxito y que todo vaya bien, haciendo frente a las inquietantes amenazas que surgen de un portal dimensional que se encuentra bajo la cama y que da lugar a un plano llamado La Caída, un lugar lleno de juguetes olvidados y extrañas criaturas con patas de araña mecánica y cabezas de muñeco roto. Así que sí, la ambientación del juego es bastante infantil, pero el tono del juego tiene tonos bastante oscuros e incluso nostálgicos. Y es que en el fondo, Fábulas de Peluche nos va a hablar de la infancia perdida, de recuerdos olvidados, de la felicidad de ser un niño... Y lo va a hacer con unos villanos que realmente, son inquietantes y dan un poco de miedo.
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Teodora, preparada para liarse a mazazos por la Niña. |
Mecánica:
Fábulas de Peluche es un juego cien por cien colaborativo, en el que de dos a cuatro jugadores van a manejar a los peluches que protejan el sueño de la Niña en una campaña dividida capítulos y a su vez en episodios más cortos, con una idea narrativa genial, que es la de convertir el propio libro de juego en el tablero, de modo que según vayamos avanzando en las páginas del libro de juego, tendremos en la página de la izquierda el tablero de juego y en la de la derecha las explicaciones e instrucciones específicas de este tablero en el que nos encontramos.
El motor de juego van a ser los dados de colores que vamos a extraer a ciegas y de cinco en cinco de una bolsa, y que nos van a permitir hacer ciertas acciones dependiendo del color del dado. Los dados negros serán los dados de amenaza y permitirán que nuestros enemigos nos ataquen, mientras que los dados blancos van a hacer que nuestro peluche pueda recuperar su relleno (sus puntos de vida), y así curarse. Y luego los dados de colores serán los dados que nos permitan hacer acciones, como movernos (para lo cual necesitaremos gastar un dado de cualquier tipo), atacar cuerpo a cuerpo (dados rojos), atacar a distancia (dados verdes), buscar (dados amarillos), defenderte (todos los dados pero sobre todo los azules), y los dados comodín, que son los dados rosas. Además, podremos gestionar nuestras recompensas según avanzamos, con los corazones permitiéndonos usar habilidades especiales de cada muñeco, y los botones que nos permitirán comprar objetos útiles cuando encontremos comerciantes.
En cada tablero tendremos una misión y una serie de eventos que van ocurriendo durante el libro, y tendremos búsquedas, encuentros con juguetes perdidos, y también, encuentros con los enemigos, con un sistema de combate bastante sencillo y dinámico.
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¿Qué te tengo que dar qué? |
Contenido.
Y en este juego vamos a tener uno de esos títulos que realmente tiene un poco de todo. No requiere una mesa excesivamente grande para jugar (el tamaño del libro es bastante manejable, y está encuadernado con anillas, lo que hace que sea muy cómodo), pero tiene muchas cosas. Una buena cantidad de miniaturas bastante chulas tanto para los héroes como para los villanos (quizá el fallo sea que todas son grises, que no digo que vengan coloreadas, pero sí en colores distintos), muchas cartas, un buen montón de dados, y una cantidad justa de tokens, lo que permite montar y desmontar el juego con mucha rapidez, algo que cada día, personalmente, agradezco más.
Lo peor: Quizá, como he comentado, que las miniaturas sean todas grises. Evidentemente no vas a confundir al conejo Orejotas con un Corazón Hueco, pero bueno, lo de separar por colores buenos de malos, siempre se agradece.
Lo mejor: Los niveles narrativos del juego, y como permite que sea jugado por niños (ya con una edad, que no es tampoco el juego de la Oca), y por adultos, y cada uno pueda sacar partido del juego.
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